Por fin salimos a la aventura!
El 19 de junio cogimos nuestras mochilas para arrancar de nuevo en un viaje desconocido. Nunca antes habíamos hecho auto stop, tocado en la calle, subir en trenes e intentar no pagar, reciclar en todas las ciudades como fuera posible y dormir donde el viento nos lleve.
Tal vez por separado si, pero nunca habíamos unido todas las posibilidades para hacer de ellas una forma de vida.
La rata (Albert... Si, parece extraño que lo llame así) y yo salimos desde Zaragoza para Barcelona, donde nos encontraríamos con los otros dos personajillos que nos acompañan en esta aventura.
Desde una gasolinera cercana escribimos en un cartón: BARCELONA y nos sentamos a esperar. Entre camiones, furgonetas, coches particulares... No tardó en aparecer un señor de Bosnia, que muy amablemente nos llevo hasta el pueblo donde queríamos ir. Prueba conseguida!
Allí esperamos unos días a Diego y Carlos y el 28 de junio nos fuimos dirección Port Bou, al lado de la frontera con Francia.
Subimos al tren y no había ningún revisor. Segundo viaje sin pagar. Y desde entonces aún no lo hemos hecho en ninguno.
Hemos pasado por Cervere, Perpignaun, Narbonne, Séte, Frontignaun, montpellier, Nimes, Ales, Tarascon y vamos dirección Marseille para enlazar con Nize e Italia!
Subimos en las estaciones y no hay revisores, si los hay no piden los billetes, no hay máquinas ni a la entrada ni la salida y siempre viajamos por pueblos pequeños y en los trenes Ter, que no requieren reserva.
Dormimos en las tiendas de campaña y comemos lo que reciclamos en las ciudades.
Recicle... Uno de los productos de esta sociedad consumista y capitalista... Se tira tanta comida que no hace falta comprarla. Desde berenjenas, tomates o pimientos hasta quesos, pan, fruta o embutido.
Si algún día no hay para comer, tocamos música en la calle. La rata toca la flauta y yo la guitarra. A ratos cantamos. Hemos tocado tres días, una hora cada día y hemos sacado 30 €. Podríamos decir que hasta estamos ahorrando!
En general la gente es muy amable. Cuando les preguntamos por lo que van a tirar nos lo dan sin problemas y a veces hasta nos regalan comida. Esas personas son un gran regalo y nos hacen no olvidar la bondad que alberga el ser humano.
Después de recorrer el sur de Francia ya tenemos ganas de llegar a Italia y descubrir como viajáremos allí. Tal vez comencemos de nuevo con el auto-stop... O la suerte siga acompañándonos en cada tren al que nos subimos...
No necesitamos lo que nos hacen necesitar. Somos cuatro nómadas viviendo una vida sencilla, nuestra mochila es lo que tenemos y nuestro cuerpo es nuestro hogar. Viajamos por la Tierra que habitamos, el cielo es nuestro techo. No tenemos miedo y tenemos mucha confianza en que lo que necesitamos se nos da. El universo provee lo imprescindible. No pidamos ni deseemos más.
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