Es la una de la mañana y para los horarios que llevamos en el hotel, es tardísimo.
Hoy me he levantado a las 7 y 30 para despedir a los GM (Gentil Membre). He desayunado y he comenzado mi primer día en el petit club.
El trabajo consiste en estar con los peques desde los 0 hasta los 4 años.
Unos lloraban, otros sonreían. Hemos cambiado pañales, jugado, dormido la siesta; hemos hecho crepes de chocolate y finalmente, a las cinco de la tarde, el petit club cerraba por hoy.
Parece que he tenido suerte y al haber pocos niños/as y cerrar antes, he tenido un par de horas de descanso.
Pero el trabajo continúa hasta las 23.30, cuando la música de la disco termina. Hoy el tema eran bailes latinos, y la verdad, si no fuera por esta parte del día, me resultaría imposible seguir aquí.
Este lugar es como una fiesta continua (evidentemente el alcohol es únicamente para los clientes, aunque si ellos te ofrecen puedes beber). Por la noche se realizan espectáculos y bailes, con una animación que debe estar siempre al 100%.
Empiezo a estar mejor, aunque todavía no estoy segura de que este sea un lugar donde yo pueda pasar seis meses. Realmente sigo en prueba para el hotel y el hotel sigue en prueba para mi.
Vuelvo a la habitación, mi pequeño templo. Intento meditar, desconectar, leer, escuchar música, y no me siento tan extraña. Hábitos de mi día a día que incorporo poco a poco en este nuevo camino.
Parece que voy integrando y aceptando. Dicen que la primera semana es la más dura. Soy fuerte y voy a ser feliz aquí.
Evolución
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