lunes, 23 de junio de 2014

Las últimas semanas y regreso al pueblo

Bucle infinito de comienzos y finales.

De vuelta al pueblo. Y como siempre, cambia, todo cambia!

Pocas horas después de escribir el último post en el blog, sintiendo con tranquilidad y mucha paz interna que empezaba un camino solitario, con confianza y sin miedo, con aceptación, con alegría... en un instante todo cambia!

Layana me regaló preciosos momentos rodeados de personas increíbles, lugares, emociones, conversaciones y sentimientos.

El día antes de partir hicimos una excursión a Uncastillo Carlos y yo, un amigo de Madrid que junto con su familia se mudó a Layana con un proyecto de Abraza la Tierra.  Después de una larga charla y de que el mostrara toda la ilusión y la intención de realizar un cambio en su vida, sentí que podíamos compartir esta experiencia y que a ambos nos aportara reflexiones bellas que nos abrieran nuevos horizontes. Se lo comenté y mi sorpresa fue al entender que el ya lo había proyectado.

Asi que Carlos y yo salimos junto con Arte y Cairo a caminar hasta Artaso.

La ruta se modificaba día a día puesto que no sentíamos lo mismo en cada presente.

Sos del Rey Catolico, Sangüesa, Undués de Lerda, Ruesta, Artieda, Arrés, Santa Cilia, Atarés y Artaso. Por fín llegamos a casa.

El camino siguió regalándonos preciosos lugares, aprendizajes, personas, emociones, reflexiones...

Al llegar a Artaso y dejar a Arte libre, Cairo reencontrándose con la tierra de encinas... entendí que no hace falta irnos lejos para vivir este tipo de experiencias.

Todos llevamos dentro el fluir del Universo.

Todos somos capaces de despertar Amor en los demás y vivirlo en nosotros mismo.

Cada presente es diferente aunque lo sintamos como rutina. Cada lugar se transforma constantemente. Cada momento es intenso. Y las personas hacemos de los lugares los lugares. 

No importa que Zaragoza, Aragón, sean un lugar conocido, puesto que cada presente es cambio y el cambio implica transformación. Somos nosotros mismos lo que con nuestro punto de vista podemos hacer de un lugar algo maravilloso o terrible. 

Podemos vivir experiencias inolvidables en nuestro propio barrio si estamos abiertos a la transformación constante, al fluir de la energía que mueve el tiempo que como el agua cambia su curso y no se estanca.

Agradezco de nuevo a todos los seres, personas, árboles, plantas, paisajes, caminos, alimentos, animales que han formado parte del presente vivido. 

Gracias por estar abiertos al amor y la empatía y por fomentar esa apertura en mi.