Los días pasan más rápido que antes.
Ya hace dos semanas que llegué aquí y voy encontrando mi espacio. Voy aceptando este lugar e intento aprender a moverme en él sin olvidarme de mi misma. Intento escaparme de los momentos que no me gustan y que me agotan física y mentalmente. Voy conociendo a buenas personas y también conozco a gente que no quiero tener cerca. Realmente este lugar me está enseñando mucho, y aunque no comulgue con muchas de las actividades que se celebran en él, tengo que saber ver lo positivo que encierra para mí.
Ya hace dos semanas que llegué aquí y voy encontrando mi espacio. Voy aceptando este lugar e intento aprender a moverme en él sin olvidarme de mi misma. Intento escaparme de los momentos que no me gustan y que me agotan física y mentalmente. Voy conociendo a buenas personas y también conozco a gente que no quiero tener cerca. Realmente este lugar me está enseñando mucho, y aunque no comulgue con muchas de las actividades que se celebran en él, tengo que saber ver lo positivo que encierra para mí.
Voy disfrutando de mi tiempo libre. Mañana me iré a un pueblo, Taghazout, a media hora aunque sea sola a disfrutar de mi misma y el entorno. El martes estaré en Marrakech. Regreso el domingo.
Se acercará el momento de decidir si me quedo o no, pues me había dicho a mí misma que me quedaría una semana más después de Marrakech, cuando ya hiciera un mes aquí, y entonces decidiría mi camino.
Pero sigo sin tenerlo claro, y hasta que no sienta con total seguridad que dirección tomar, me quedaré aquí. Con el muro de la distancia que me separa de las personas que amo, de mis indecisiones.
Intento pensar en el día a día, aunque me sigue resultando difícil no contar las horas, los días, las semanas. Intento amar el momento presente aún cuando todo lo que me rodea es tan contrario a mi misma. Es un buen ejercicio que el Universo me ha ofrecido realizar y estoy muy agradecida por ello.
La verdad es que todo lo que está pasando tenía que suceder. Aquí me estoy dando cuenta de muchas batallas internas que había pospuesto, por cobardía, miedo, pereza, inseguridad. Tengo que aprender a estar sola, y estar en estas condiciones me ayuda a hacerme fuerte. Me ayuda a aprender.
Los tiempos que vienen merecen de nuestra completa atención. A pesar de que afuera haya una tormenta, el interior debe permanecer en calma, y para llegar a ese punto es necesario trabajarnos.
Me repito la palabra paciencia como mantra.
Hay que saber esperar, encontrar un lugar seguro y no precipitarse; esperar al momento adecuado.
El tiempo es nuestro aliado, aprovechémoslo para escucharnos, sentirnos, observar lo que nos rodea y descubrir que nos hace bien o mal. Y cuando sepamos quiénes somos, qué queremos y cómo y cuando lo queremos, sentiremos una seguridad tan grande que los miedos y las inseguridades desaparecerán y el camino se iluminará. Ese será el momento de actuar.
Por el ahora...
Paciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario