miércoles, 4 de diciembre de 2013

4 de diciembre 2013: La Palmerie, Marrakech

Después de un par de días en Marrakech, escribo de nuevo.

Vuelve a ser tarde por la noche, la una de la mañana, pero esta vez no es por trabajo si no por diversión la razón por la que llego a estas horas a la habitación.

Aquí nos alojamos en La Palmerie, el hotel de Marrakech del club med. El hotel es precioso, grande, con jardines con caléndulas, menta, rosas e incluso acelgas rojas, aunque no creo que después se las coman. Estamos en una habitación GM, de los clientes. Una habitación de lujo para Celeste y para mí. Tenemos un balcón al jardín y las habitaciones de abajo tienen terraza directa al cesped. 
Nada que ver con el cartier GO, con sus pequeñas habitaciones sucias y antiguas.

La formación va bien. Aprendo mucho de los cuidados de bebés y cómo trabajar con ellos. Claro que también aparece de vez en cuando todo ese "mundo secta"que forma parte de esta realidad tan irreal.

Aquí hay bastantes españoles, en concreto 2 chicos y 5 chicas que recuerde ahora mismo, y la verdad son gente muy linda. Después del curso vamos juntos al souk, la plaza, a cenar...Encuentro todo esto muy diferente a Agadir, con sus fiestas y líos; mucho más tranquilo y familiar. Me he dado cuenta de que si me rodeo de gente bonita, el trabajo se me hace mucho más fácil. Y el hecho de poder hablar en español y relacionarme con mi lengua materna es un punto a favor de este lugar, me permite ser yo misma sin miedos ni dudas, puesto que con el francés muchas cosas no las entiendo y no puedo seguir una conversación normal.

No he visto casi nada de Marrakech. Solamente el enorme y laberíntico souk y la plaza. Como salimos a las cinco y media de la tarde no tenemos a penas ratito de sol, y no podemos ir a cualquier lugar.
Parece bonito. Callejuelas, olores, colores... 

El tiempo sigue pasando rápido. Mañana ya es jueves y el viernes hace tres semanas desde que llegué aquí; pronto hará un mes y mi periodo de adaptación habrá terminado. Decidiré que hacer, si siento que lo tengo que hacer. Si no seguiré viviendo el día a día disfrutando de la gente y el lugar. 

Sin pensar.

Al lado de la plaza en Marrakech


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